sábado, 20 de agosto de 2011

QUÉ DARLE A TUS HIJOS 4.

INDEPENDENCIA PAULATINA.
Saberse valer por uno mismo es una gran cosa.
Dentro de lo posible, claro, porque los seres humanos siempre necesitamos unos de otros.
Pero los padres oscilan entre pensar que amar es igual a sobreproteger,  o que abandonar a su suerte es igual a independizar.
Nunca los extremos han sido acertados. Pero en este caso de la crianza, los extremos son funestos.
La independencia se aprende, pero hay que enseñar a usarla. Y tiene situaciones y grados.
Un bebé no aprenderá a cocinar porque se le deje pasar hambre.
Un adolescente no aprenderá a cuidarse socialmente porque se le deje sin guía ni control.
Los padres necesitan dejarse orientar por su buen criterio y por el buen criterio de personas sensatas que conozcan. O por un extraño que conozca del tema.
Y tener cuidado de no ceder a las presiones de los hijos, presionados a su vez por sus iguales o por cualquier influencia del medio, que muchas veces llama libertad al abandono moral.

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