Comienzo explicando que aceptar no es el sinónimo de resignación, aunque algunos lo consideren así.
Aceptar es captar, reconocer, "ver".
Si tengo ingresos X, reconozco que esos son mis ingresos y veo lo que puedo hacer con ellos, lo mejor que puedo hacer con ellos.
Si no lo acepto, querré tener egresos por XXX y la vida se convertirá en un infierno.
Mientras mis ingresos sean X, sólo puedo disponer de X, locura sería no aceptarlo, no verlo.
Si mis ingresos tipo X no me satisfacen, entonces veré de usar todo mi ingenio para, con honestidad, irlos aumentando hasta el nivel que yo desee.
Entonces -solo entonces- podré tener gastos mayores a los previos.
Pero si antes no lo acepto, entraré en una espiral de errores y problemas.
Errores innecesarios, problemas inútiles.
Continuaremos.
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